Existen motivos más que sobrados para ir a la huelga del próximo 29 de septiembre. Los 4 millones de desempleados, la desestructuración de una sociedad que se había subido al carro del ladrillo y ahora padece las consecuencias de un latrocinio que ésta no programó pero que sí está pagando con creces. La ruina de la bolsa pública que sufragó a la banca para que bombardease el sistema bancario y la deuda pública, los bastardos de Bilderbeg que invitaron al humilde ZP a pasarse al lado oscuro de la ideología neoliberal. La regresión o involución de nuestro sistema garantista de derechos laborales, que se ha convertido en el abandono absoluto de la clase trabajadora. El abusivo y descarado atropello de las empresas que ponen a trabajadores en la calle usando como pretexto la actual crisis. Pero fundamentalmente la llamada a la huelga tiene más que ver con el repudio al transformismo del PSOE en una maquinaria de hacer dinero en empresas particulares y de jugar a salvapatrias con la política de "austeridad". ¿Que sean austeros los pobres, los desempleados, los trabajadores? Los ricos, los empresarios, los putos banqueros chorizos, que vivan de las rentas del narcoladrillo, paseando sus Porches y sus Q7, y den consejitos para salir de la crisis a ZP. Ellos sí saben cómo reformar el mercado laboral, la receta es antigua: contrata por tres duros a un desempleado y si se queja, en la calle hay listas de espera.
EL MIÉRCOLES 29 DE SEPTIEMBRE NO VOY AL TRABAJO.
HUELGA GENERAL TOD@S A LA CALLE.