miércoles, 6 de marzo de 2013

Alma de cántaro.

A la voz de ¡arrr!, pinche guey.
Pero nada, no obedece. Su voluntad no se bloquea, ¿porque fuma tronchos?, ¿porque su emisora está encriptada? Sea cual fuere el motivo este muñequito ha salido desobediente y díscolo, no hay quien lo meta en vereda. Prefiere seguir comiendo mijo a comer de la mano del cacique, o como diría Sánchez Gordillo, de la mano del cortijero. Y es que ni a la mano negra le teme, ni al sindicalismo vertical de Rita Barbera, con su CSIF de gorilontes fascistas, ni a las nominaciones Honoris Causa de todos los presidentes bananeros -Rajoy, Aznar-, con sibilaciones de esperma en la boca mientras veneran al presidente de la CEOE, o a la Coferencia Episcopal, o la Cope, o Intereconomía o maldigan el aborto o saquen a pasear su homofobia recalcitrante
Aunque la misera vulnere sus dientes, aunque la estrechez vitupere su ropa, su alquiler y sus zapatos no obedece ninguna orden: antes muerto que cura o policía. Y la vida pasando como quiere. ¡Viva México, pendejos!