domingo, 31 de julio de 2011

Heracles, el yonqui




















Es por eso que: la causa, el efecto metonímico de la relación directa, yo tengo la culpa de la caída de la bolsa, del error de esta ruptura, de las vacaciones forzosas de los funcionarios del hambre -como dijera Maiakosky-. ¡Si don Vladimiro levantara la cabeza...! Para ver lo mismo, la causa de todas las crisis, el fin eruptivo de todas las manifestaciones, la médula de religiones en todos los manicomios, hambrientos de locos de verdad y no de impostores de la renta variable: veletas del dinero público, herrumbre en las cartillas de ahorro de los insolventes, como borreguitos dipsomaníacos en un desierto sin flores. Por eso, Dios mío, ¡Oh, Euristeo, cruento inservible servidor del vacuo Olimpo de dioses, mercantiles de la fe-moneda!, ¡oh Nemea, de los dorados leones, oh, cariñosa Hidra de Lerna, dolor de cabeza de Heracles, el drogadicto que en pleno síndrome de abstinencia, degolló o envenenó o amortajó en vida a su mujer y sus hijos por una desavenencia pedagógica... y después, arrepentido vino a buscar el cariño de la madre... Miserables manos que arrancaron la vida de sapos y culebras. 

sábado, 16 de julio de 2011

¿Enanos o drogadictos?

Nuevas sospechas se ciernen sobre el caso de los enanos
Agencias.-
Nuevos datos de interés social han visto la luz tras las ultimas pesquisas de la policía judicial en torno al caso del enanismo contagioso detectado en Villaconsuelo de Arriba. Según palabras de algunos testigos presenciales, todo el pueblo presentaba una extraña mutación física achacable a la alta concentración de sustancias psicotrópicas en el agua de la pileta, lo cual produjo una alteración colectiva de la percepción de la realidad. Un joven de la localidad escondió una bolsa de estupefacientes -más concretamente de LSD con forma de enanitos de jardín- en la bomba de drenaje de la piscina mientras se daba un baño relajante con su novia. Las pastillas según testimonio de don Arturo Beltrán, cura de la localidad vecina, por un aciago accidente cayeron en el flujo de agua de la pileta provocando una intoxicación generalizada en todos los bañistas, que como efectos más inmediatos provocaron una visión enana de la realidad y un ataque de risa de los consumidores. El asunto está en manos del Centro de Criminología de la Guardia Civil.

martes, 12 de julio de 2011

El extraño caso de la pileta



Extraño caso de contagio en una piscina pública. Agencias.
El pasado 3 de julio un raro suceso conmovió a la pacífica población de Villaconsuelo de Arriba, cuando, tras la inmersión de un turista que padece enanismo en la piscina pública de la localidad, sin que se tuviera noticia de algo semejante en la comarca, los vecinos villaconsuelinos comenzaron a mostrar desórdenes físicos y a desarrollar un improvisado enanismo. El primer vecino que notó la metamorfosis fue el propio alcalde del municipio, Don Feliciano, que al salir de la pileta usando la reglamentaria escalera de acero inoxidable, quedó perplejo y apabullado al sentir como se le caía el traje de baño hasta los tobillos.
Después de unas horas de baño, toda la localidad que en pleno acudía al evento inaugural sufrió los mismos síntomas, esto es: la pérdida de unos 60 centímetros de altura hasta quedar reducidos como pigmeos. Los técnicos del CSIC estudian esta rareza evolutiva intentando encontrar una respuesta a este insólito suceso denominado El contagio del enano.