lunes, 16 de junio de 2008

Llegada al viejo mundo de la burguesía.

Siguiendo la nómina de autores que propone Américo Castro para la España rumbosa del XVI, Cervantes no puede medrar en una nación castiza de cristianos añejos que lo relegan a alcabalero, soldado a medias o comediante sin éxito. Por ello, es mi opinión, no va a desperdiciar el nuevo molde que le ofrece Cide Amate Benengeli, para poner a parir a esos dones e hijosdalgo que le cierran el camino literario. La novella le abre la puerta del éxito y de la crítica social. El primer ejemplo podríamos encontrarlo en el parangón con el caballastro Rocinante y el megarrocín Babieca. Una España vieja, falta de renovación moral y cerrada en su útero, iba a reírse del sarcasmo que refleja DQM, sin saber que ella misma es la base de la crítica que encierra la obra. Es ridícula la imagen de un viejo queriendo revivir la caballería andante, pero eso mismo habían hecho los castizos trasladando la cruzada contra el moro allende los mares. El género que seguramente nutría la fabulosa capacidad de narrar de nuestro autor era el de las relaciones que ya eran frecuentes en la corte del Emperador Carlos V. Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el propio Diario de a bordo de Colón, La breve relación de la destrucción de las Indias del padre Las Casas, etc... Y aunque esto es solo pura elucubración, tanteó sin éxito otro género puramente judío como era el de la Novela Pastoril, donde se endiosaba de modo herejético el amor mundado - La Celestina, La Lozana Andaluza, la poesía de Santa Teresa y de San Juan-. No cabe la menor duda de la ascendencia herética de nuestro autor, eso creo. Fdo.: Josegura.

2 comentarios:

Partido Andalucista Sanlúcar dijo...

Mu bonito Pepe
El retornado a Luciferi fanum

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Como ya comenté este texto cuando me lo remitiste a La Acequia, sólo quiero ahora agradecerte que te hayas sumado a esta lectura.
Un abrazo.