- Doctor, no me siento bien, no sé tengo angustia existencial, una especie de nudo en el estómago, -dijo el billete recostado en el diván.
- No se preocupe es transitorio, le voy a recomendar unas vacaciones en las Bahamas, ahora está todo muy revuelto en Europa, ha caído el ladrillo, ha aumentado la deuda pública, no se puede especular como uno quisiera y, a pesar que los 11.000 millones que nos prestó el estado para recuperar la confianza, todavía huele a cuerno quemado.- Reflexionó el señor doctor
- ¿Y qué hago con vida, no sé, que será de mi futuro?- insistió don billete.
- Puede comprarse un medio de comunicación que le levante la autoestima, compre a dos o tres escritores afamados. También puede invertir en el Norte de África: campos de golf y resort para alemanes. Puede hacerse su propio corralito de gachupín con la ayuda de Movistar, Iberdrola o Sevillana Endesa. Incluso puede montarse su propia refinería en Extremadura, total de perdíos al río.
- Pero si está todo el país arruinado, cinco millones de parados, los funcionarios encabronados, los aeropuertos colapsados, las agencias cerradas, la gasolina por las nubes, está eso de la crisis.
- Es usted miembro de grupo Prisa, no se espante, todo este montaje es solo para los contribuyentes, no pasa nada, sus grupos hoteleros, energéticos, sus negocios editoriales e inversiones, su exportación de armas, atraviesan un momento brillante.
- Bueno, eso me tranquiliza. Me voy a tomar una copa en el club Bilderberg.
- Lo dicho, a cuidarse amigo.
- ¿Cuánto es?
- Son quinientos euros.
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