Ladrillos y especulación urbanística.
El 7 de febrero de 2007, el Ayuntamiento de Sanlúcar concedió la licencia a la empresa Casa Grande Arizón, para demoler de un plumazo un capítulo importante de la historia de este pueblo. Aquel día unos cuantos de colgados y hippies nos concentrábamos a la entrada del Hotel Guadalquivir para abochornar y vituperar a estos señores de la especulación inmobiliaria, que proponían un hotelito con encanto y una serie de dúplex. Muchos de los manifestantes de aquel día éramos y somos sanluqueños adoptivos, y extrañaba la ausencia de la gente de Sanlúcar. Qué pena de ignorancia a la que han sometido a este pueblo los políticos de los últimos 30 años. Qué dolor de pasado histórico que se diluye para que unos cuantos de empresarios catetos se compren el último modelo de cuatroporcuatro. La actual crisis del mercado del ladrillo parece que está poniendo a cada uno en su sitio pero lo que hemos perdido ya no lo podemos recuperar. Véase el mastodonte de hormigón de las Piletas, pisos que tapan la vista del mar desde lugares históricos como el alto de Capuchinos, que no son más que pisos de temporada que permanecen cerrados todo el año. A este paso dentro de muy poco no seremos más que un barrio de Jerez, sin pasado histórico, eso sí con baches por todo el pueblo y camiones circulando por calles estrechas destrozando acerados, árboles, cornisas, etcétera...Fdo.: Josegura
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