Catalanes y vascos se disputan el podium gastronómico internacional Hace unos años ya, discutía con un profesor de la facultad de filología sobre algunos asuntos idiomáticos sobre las costumbres culinarias andaluzas. Mi profesor consideraba incorrectas expresiones como "tostá con manteca colorá". Y no es una cuestión baladí, habida cuenta de las disputas entre afamados jefes de cocina vascos y catalanes. Mi profesor tampoco aceptaba como correcto el término "pringá" aduciendo que se trataba de un vulgarismo y no de andalucismo léxico. Pues bien, resulta que una empresa catalana de franquicias culinarias ha patentado el término "tosta" con dislocación acentual y todos se quedan como si nada. Un trozo de pan tostado con fritangas encima ahora se llama "tosta mediterránea" y el inventor se lleva el copyrigth en euros para su casa y tan tranquilo. Otro caso flagrante de robo léxico que está muy de moda en el Cantábrico es el "gazpacho", que estos señores hacen con guindas, cerezas, sandía (¿gazpacho de sandía...?) Flipo en colores con estos señores que llaman a un gurruño de brócoles con queso y aceite de oliva "fantasía del huerto sobre lecho de queso aromatizado con zumo de oliva". Pero flipo porque al final va a resultar que el gazpacho lo han inventado los vascos y la tostá de to la vida va a resultar ser catalana. A lo mejor la patente de la tortilla de camarones se la lleva la huerto Merkadona. Pero si hay algo que tienen en común las cocinas de Arzak y de Ferrán Adria es un componente fabuloso llamado Nitrofoska, es decir química y trangénesis en sus productos del huerto, porque cocinan con verduras industriales, tomates transgénicos, cebollas engordadas con química. Y esto es bueno que se sepa. Viva el huerto ecológico. Fdo.: Josegura
1 comentario:
Me voy a preparar un metro cuadrado en la terraza y llamaré a lo que plante como me dé la gana.
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