Horroris causa. El Ayuntamiento de Sanlúcar venera a esta gachí con una escultura en El callejón de los perros. Otra vez la gallina caponata y Don Pimpón, asesores culturales del Excmo Ayto de Sanlúcar, erigen una estatua hortera y ramplona de una figura histórica bastante más que discutible. ¿Qué erudito campero se encarga de joder el mobiliario urbano colocando monolitos mamarrachos? Esta cuesta tradicional, y preciosa hasta en el nombre -Cuesta de los perros-, no merece que un cateto iluminado le coloque a una tipa que lo único que hizo fue comerle la flauta a un tal Alfonso XIII, como todo el mundo sabe un pornógrafo, sátiro y comemierda de la corona española. A este paso volverán a resurgir las guillotinas contra las casas reales de toda Europa. Visca la República. P.D.: ¡No me toques los bribones...! Fdo.: Josegura
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