viernes, 13 de marzo de 2009

El amor de mi vida



La conocí una madrugada de eclipse de fines de otoño, en el cielo se dibujaron señales de esa eternidad que las brujillas otorgan a sus seres queridos. No recuerdo si era un perro antes de conocerla y me transformó en persona o si era una persona y me transformó en perro. No sé lo que soy, pero la amo. Es mi omaíta y la quiero.

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