Aprovechando la actual coyuntura municipal y ese arranque con el que los ediles derrumban viviendas, cerrajerías y Rengues para promocionar el interés público de sus cuentas corrientes, deberíamos recordar esa vivienda, en el carril San Diego, abandonada por sus dueños ante el inminente derribo de sus ancestrales muros, que lejos de ser una joya del patrimonio histórico se ha convertido en el tapón de uno de los viales más importantes de conexión entre barrio alto y barrio bajo. Tanta diligencia en derribar viviendas donde moran ancianos, para facilitar suelo a un particular a un propietario privado, que no darán a nadie más que a ese propietario beneficios, por qué no se expropia esta ruina caminante del Carril San Diego, para facilitar un bien tan público como es el del circular libremente y sin rodeos por la ciudad que todos mantenemos con nuestros impuestos. Si realmente mirasen por el interés público nuestros ediles, algo cambiaría en nuestra manera de mirar y valorar a los políticos, pero viendo lo que vemos francamente, no creemos más que en el desprecio que muestran por lo que es justo y lo que es de todos los sanluqueños y sanluqueñas. ¿Y qué decir del presupuesto que sí hay para realizar glorietas-mamarracho y en cambio no lo hay para acabar con los baches de la Calle Puerto, del Camino Santo Dios y otros tantos? En fin como siempre en manos de chorizos. Fdo.: José Antonio Segura Velasco.
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