Es imposible seguir el curso de los días sin lágrimas, sin dolor, sin cocaína. ¡Oh Dios que todo lo puedes, ayúdanos en este trance! El fruto de aquellos dorados días, este niño que nació con tupé y síndrome de abstinencia, vástago de aquel hermoso cantante de rock, resultado de las largas sesiones de speed y güisqui. ¡Oh, Santa Madona, priez pour nous! Aquellos días de vino y rosas, aquellas sesiones de sudor y vomitona, la jeringa rosa de nuestros callejones... ¡Oh, San Elvis Presley, San Loquillo y los Trogloditas...! Ahora arrastrando una criaturilla vestida a juego con la tapicería de nuestro Chevy....
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