jueves, 3 de mayo de 2012

Zombies en Rajoiland

I.
Compromiso. Situación comprometida. Libertad a los redactores de la nueva ley de recortes en compromiso. Oh señor, me han recortao la ayuda en muletas y ahora tengo que ir con las rodillas sin prótesis a la Salvation Army a pedir comida en un carrito de bebé impulsado con energía eólica, que está mu caro el combustible. Me cuelgan los mocos porque no tengo dinero para kleenex ni para lavadoras ni micropollas que calientan el sobre de té sin agua, porque no tengo dinero para pagar a aqualia, ni detergente, y me cantan los alerones porque rexona sí te abandona si no tienes dinero. Me fui a vivir con un cocodrilo; todo es más metodológico desde este momento: el tiburón se come al atún y el boquerón paga los impuestos.
II.
El vino en tetrabrik, el tabaco en colillas, la comida vomitada -está más calentita-. Me crujo un estertor en la parte central trasera y me he cagao,  como Walt Whitman, en los pantalones. Sin dinero para dientistas, con caries en las uñas de arañar la calle y de ser arrastrao por las manifas del Banco central Europeo, donde todo está limpio y todo es mejón.
III.
Todo está lleno de superhéroes: he visto al hombre lobo, al perrito de The artist dando cortes de manga. Una vieja se quita las bragas para hacer una sopa prodrida, esos que buscan en la basura tesoros alimenticios, un bombero suicida y los niños cabrones, hartos de comer basura industrial, bien nutridos, bien ignorantes, con prótesis de platino en los dientes, escupiendo a sus amigas, que también gargajean en lugar de hablar. Menos mal que nunca tuve hijos.
P.D. Hay algo raro flotando dentro del vino.

No hay comentarios: