miércoles, 23 de diciembre de 2009

Españolismo cateto




Para entendernos a los españoles, los extranjeros tienen que hacer taichí, o beber cinco litros de sangría, o fumar cigarrillos aliñados. Porque francamente somos la civilización más tosca y campera que pisa Europa, muy por delante de Portugal o Grecia o Italia en lo bruto y en lo bárbaro. Paquillo Franco en su afán por recuperar el espíritu patrio dejó la piel de toro sembrada de surrealidades y de atrocidades estéticas, en las que los españolitos nos entreteníamos por miedo a sindicarnos a un partido político clandestino. Los tres iconos de aquel tardofranquismo abusivo fueron el boxeo, retransmitido en horario de adultos, el fútbol y los toros. En el caso del boxeo dos pobres no sindicalistas podían darse de hostias hasta quedar exhaustos para satisfacer las acalladas ganas de matar al dictador y toda su dictadura, un sedante relativamente lógico, en el que ningún animal -al menos irracional- acababa herido. El fútbol era el único lugar donde vociferar "hijodeputa" a la autoridad del campo, no te llevaba a la cárcel por comunista. Todavía hoy es el mayor adormecedor de masas que conozco, una voraginosa masa de hordas borricas rompiendo las fuentes públicas de la ibérica...
Pero la herencia españolista por excelencia la constituyen los toros: LA FIESTA NASIONÁ. En la que caben folklóricas catetas con bigote, viudas, nietos y demás vástagos del Generálísimo, machos marcapaquetes con patillorras, caciques y señoritos de Cádiz con monocultivo de reses bravas, en las dehesas heredadas de Guzmán el Bueno, rejoneadores que no han dado un palo al agua en su vida, flojos y parásitos descendientes de Don Pelayo, el matamoros, toreros analfabetos que heredan programas de la televesión pública andaluza, y nos dan la tabarra en la insoportables programaciones de la RTVA. Y en el coso de la barbarie esos negreros y especuladores, gordos como vacaburras, fumando puros pestilentes, gritando, óóóóóóleeeee. Alabo las medidas de la Generalitat por erradicar tan salvaje expresión de primitivismo y su descarado y tendencioso republicanismo. Visca España... Fdo.: Jose Antonio Segura Velasco

1 comentario:

turinilla dijo...

Fabuloso, impecable, magistral, en fin, no tengo calificativos para desccribir esa prosa vigorosa y ese léxico tan florido.
La burrada hispánica de los toros debe acabar, digo yo, tarde o temprano. Dicen que prohibirlos es un ataque a la libertad (entre otros, "intelestuales" añejos y vetustos como Caballero Bonald y Vargas LLosa) pero el único que no tiene la libertad para decidir es el toro. Basta ya de convertir la tortura en espectáculo público. ¿Por qué la Guardia Civil le pone a uno una multa por no llevar el cinturón de seguridad en el coche y permite sin embargo que un desgraciado ponga en gravísimo riesgo su vida poniéndose delante de un toro? Esa es la inexplicable España que tenemos y que no hay manera de cambiar.