¿Puede esperar la mala leche de los cuatro millones y medio de desempleados hasta septiembre? Nuestros sindicatos están sirviendo en bandeja de plata la reforma laboral impuesta por la Conferencia Episcopal de la CEOE. ¿Cómo vamos a estar de quemados en septiembre cuando la legislación haya cambiado y todo sea irreversible? Este verano se verán las caras los empleados temporales de la hostelería y poco más, porque al acabar el verano todos a la puta calle. Flexibilidad por coxones. ¿Sindicatos de izquierda? Já, já. Con la EPA a punto de estallar por ruina y los sindicatos postergando una guerra que tendría que empezar ahora mismo. Con el poder político en manos del grupo Santander y Sevilla Endesa cobrándonos más en la factura por todo el morro, dentro de poco nos vamos a tener que calentar a hostias o tendremos que tomar la calle y las sucursales bancarias, que es donde habitan los ladrones de la especulación.
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