Corren las 23:59 del día de autos de 20 de noviembre de 2011. A unos segundos de la regresión a la caverna del españolismo cateto, por culpa o gracias a los engrasadores de la mamporra neoliberal, todos los judíos y los árabes y los asiáticos taoístas y los subastadores de la causalidad hipotecaria, los niños díscolos, los marroquíes advenedizos, los taberneros de la crisis, las muñequitas de la tienda de juguetes, todos corren a Portugal, pidiendo asilo económico y espiritual, pidiendo vinho branco para aliviar el miedo, el pavor y la taquicardia electoral. Ese país españolítico, reducto de Don Pelayo y Don Paquito Franco, caverna del machomán, castizo ibérico, patria del hambre y de la sed de crucifijos, ese país que chupa la polla a un Papa adorador de la pederastia, que coloca folklóricas con bigote en los altares de subnormalidad cultural, ese país ya no nos representa.
VIVA PORTUGAL.
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