domingo, 9 de octubre de 2011

Animales defectuosos


  En un proceso aeróbico el judío bate su cabeza para expulsar la electricidad estática que impide pensar con rectitud el recurso, la maniobra que llevará a la verdad o a su camino. Esta verdad excluye el uso de escudos militares ni armas a cambio de dar besos en los labios de todos los arabopalestinos, sirios de ojos azules y kurdos pacifistas. Si todo se resolviese con un beso entre dos grandes mandatarios de las costumbres globales, sin mensajes de texto ni telefonía inalámbrica, carne contra carne. En el ascensor del infierno la entreplanta judeomasónica dispensa pastelitos del barrio francés de Le Marais a todos los turistas económicos del continente asiático. ¿Qué nombre le ponemos al héroe de Fukujinma que abandonó su plato de fideos por salvar a sus compatriotas sabiendo como sabía que allí dejaba su plato y su vida por los demás? Ya no quedan samuráis que ofrezcan su pecho al enemigo de mercado globalizado. Cojo el dinero y corro. Y cuando el dinero ya no valga nada, ni los suspiros lleguen al mar, ¿qué haremos con los enfermos de alhzeimer, con las viudas niponas, con la primavera árabe, con los saldos de los almacenes, con las acequias contaminadas de lodo industrial y de perfidia? El judío que se hizo taoísta para vender libros de cienciología en las acampadas de Togo o el mercader de pescados robados en el índico a cambio de rescates multimillonarios de la Armada Invencible, ellos dos no van al colegio electoral mientras todo la hermandad católica vota a Rajoy y se seca los mocos con la manga del jersey, el único jersey que no se llevó el recorte presupuestario, ni la hipoteca, ni los jodidos banqueros cristianos, ni el rescate indignado de las perreras de Occidente. Para cuando llegase el momento, la captura, el posible maltrato y la tortura, Reynaldo guardaba unas píldoras de suicido asistido y así el 19'5 de noviembre no tener que vivir el triunfo de los catetocristianos. DIOS ES NEGRA.

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