jueves, 3 de julio de 2008

Mixtura: pan hecho con distintas semillas...


Cristianos nuevos, moriscos y judíos conversos. Desde el principio de los tiempos nuestra región ha sido relegada a segundo plano, a servidumbre o a lugar de paso. A pesar de llevar dos siglos de delantera en la latinización, que en nuestra tierra caló y profundizó hasta dar un par de emperadores al Imperio Romano, los andaluces no hemos sido lingüísticamente nada. Según Rafael Lapesa, en Andalucía no se habla nada de nada hasta el siglo XV, en que las sibilantes se autorregulan y se reordenan. Se nos culpa del seseo y del ceceo, hoy extendido totalmente en América, somos los responsables del yeísmo, aún perdura la aspiración de la h- inicial procedente de F- inicial latina. Nos comemos las letras o las palabras, somos brutos o rústicos o toscos charlatanes. Recuerdo una frase que Sancho Panza le dice a DQM: -Ese hombre habla latines...- Como símil de una gran cultura. y Don Quijote le responde que en el tiempo de los romanos todos hablaban latín y alguno habría tonto. Pues eso pasa, mirusté. Los castellanohablantes, con su refinadas eses apicoalveolares, si no van al colegio son rústicos o paletos. Al igual que vascos o gallegos o catalanes. Si hemos sido tradicionalmente analfabetos ha sido debido al servilismo heredado de la Edad Media y de la (¿Re?-)conquista cristiana. El registro dialectal de cada cual es siempre fruto de una cultura y de una serie de tradiciones que no son sino riquezas o diversidades que abren puertas. La censura prescriptiva de la antigua escuela franquista todavía pervive en los prejuicios que contra los andaluces se tienen. Y lo más curioso es que uno va a la facultad para que le digan que estudie una historia de la lengua que nos tilda poco menos que de aborígenes. Si hay algo que me gusta del andaluz es su mixtura, su mudejarismo, su mestizaje y su falta de prejuicios. En cambio aquellos del Rey Pelayo, que bajaron de norte a sur machucando moros, que no se mezclaban más que entre ellos, no pueden hablar más que de su estirpe xenófoba, castiza y de su limpieza de sangre. Viva la diversidad.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No nos creamos la historia: hagámosla.

Silvia_D dijo...

Hola, soy una de las lectoras del Quijote y ando paseando los links que comentan el libro.

Bueno, veo que el tema te pica y que expones muy claramente tus razones, tu las vives así, es totalmente lícito que las manifiestes.

Yo soy una de las castellanohablantes, con su refinadas eses apicoalveolares, creo , porque no tengo muy claro que es eso, iré a google que para eso está.

Vivo en Mallorca, soy madrileña de nacimiento, y no hago distingos entre idiomas, lo mismo me da el alemán, inglés, catalán que el sevillano y más que escucho a diario y la verdad que no creía que nadie pensara como tu expresas en tu post.

Me has sorprendido, lo reconozco.

Saludos

Javiera A Vega Gutiérrez dijo...

Me parece interesante tu opinion y tiene de cierto, a veces el lenguaje se transforma como el color de la piel en descriminacion, no es para llorar , es solo un fenomeno natural, el conquistador trae no solo sus armas sino su lenguaje y sus costumbres. Con el tiempo ocurre como dices tu para el enriquecimiento de ambos, conquistador y conquistado. saludosr

Josegura dijo...

Dianna, tienes razón. Gracias por llamar idioma al sevillano.
Javieravega, lo de conquistados lo dirás por los castellanohablantes. Un bisou...muaj

Teresa dijo...

Venía a fisgotear lo de la diversidad y me encuentro la rebelión de las lenguas.
Aquí una de CyL, en Burgos, hacemos "leísmo", "laísmo" y "luísmo" (esto último inventado por mua) y nos parecen gentes simpáticas y resaladas todos los andaluces -excepto los taimados-, envidiamos su guasa y resalero y lo atribuímos al también envidiado buen clima. Como comprenderás en nuestra tierra hace un frío que impide estirar el gaznate y pararse en las esquinas.
Un saludo quillo